14 de septiembre de 2010

Isomorfismos #10: Jeremy Bentham y el viejo de Quaker

El año pasado si alguien me hablaba de Jeremy Bentham lo primero que se me cruzaba por la cabeza era Locke en su cajón, pero dado que Lost ya terminó (y yo terminé indignada con ese final de @%$!!!) me estoy dedicando a cosas más serias como el Bentham real. Nacido en Inglaterra en 1748 fue un jurista, filósofo, y reformador social. Estaba a favor de la libertad económica e individual, la usura, la separación de la iglesia y el estado, la abolición de la esclavitud y de la pena capital, los derechos igualitarios para mujeres, el derecho al divorcio y la despenalización de la homosexualidad y como todo esto fuese poco fue su diseño del panóptico lo que lo hizo memorable (concepto que todos sabemos Foucault choreó para describir el funcionamiento del la sociedad). Nunca se llegó a construir, pero llevó a mucho más, llegó a ser el paradigma de las instituciones “disciplinarias” del S. XIX. La idea era hacer una prisión donde todos los prisioneros fuesen observados sin saberlo, que fuese barata porque no requería de mucho personal y donde los prisioneros tuvieran que laburar. El twist de este modelo de prisión fue el que le dio Foucault luego utilizándolo como metáfora para las sociedades “disciplinarias” modernas y su perversa inclinación a observar y normalizar. Foucault plantea que no solo se limita a prisiones sino a todo tipo de estructuras jerárquicas como las fuerzas armadas, las escuelas, los hospitales y fábricas. No solo lo utilizó Foucault, sino que tantos más, entre ellos Kafka en “El castillo”, en García-Márquez en “Crónicas de una muerte anunciada”, Orwell en “1984” y obvio, LOST.
Bentham fue también padre junto con Stuart Mill del Utilitarismo (que a su vez se inspiraron en Epicuro, y en el filósofo chino Mo-Di o ). Básicamente, el utilitarismo opera con el simple concepto que la utilidad está dada por la felicidad o placer entre todos los seres, por lo cual el valor moral de la acción está determinado por sus consecuencias. Propuso una clasificación de 12 dolores y 14 placeres “felicific calculus” que testearía el “factor felicidad” de cada acción. Si esto no es lo suficientemente bizarro, hay más. En su testamento quiso que su cuerpo fuese diseccionado en una clase de anatomía pública. Luego, su esqueleto y cabeza se preservaron en una vitrina de madera llamada el “auto-icon” donde con el esqueleto se reconstruyó su cuerpo y vistió en sus ropas originales. Lo pueden ver en el University College de Londres, aunque la cabeza ya no es la original; ésta se terminó pudriendo (además que se la trataban de afanar los alumnos) y se reemplazó por una de cera.
El viejo de Quaker, que es la cara pública de la avena, sonríe desde 130 años atrás. En 1885 apareció por primera vez en el mercado estampada sobre una caja de cereales (que fue una de las primeras, porque antes se vendía todo en bolsas). Si bien se llama Quaker, no tiene nada que ver con la “sociedad religiosa de amigos” pero irónicamente tiene una onda parecida al fundador de los cuáqueros George Fox. La compañía eligió ese logo cuando Henry Seymour, uno de los fundadores de Quaker leyó un artículo en la enciclopedia sobre los cuáqueros y decidió que las características de ese grupo religioso coincidían con lo que querían que inspirara la empresa: integridad, honestidad y pureza. Irónicamente, Quaker a lo largo de su trayectoria se dedicó a hacer un par de cosillas bastante siniestras divergiendo bastante de esas tres características: en los años 50 Quaker junto con la universidad de Harvard y el MIT llevaron a cabo experimentos en la escuela especial Walter E. Fernald State School* para determinar cómo los minerales de los cereales eran metabolizados. Los padres habían sido informados que los niños recibirían una dieta rica en fibras pero no que ésta contenía altas dosis de calcio radioactivo y hierro. Consideren eso cada vez que se toman una Gatorade…(que es otro producto de la familia Quaker)
(* esa escuela fue un constante lugar de investigación por parte del movimiento eugenésico de los años 1920 y territorio fértil para experimentos humanos)
Una cosita más… Margaret Mead era cuáquera, se imaginan si la ponían a ella en la tapa de la avena?...

1 comentario:

Anónimo dijo...

impecable el dato de margaret mead!

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