Desertores de la Antropología #04: IGGY POP

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Nuevamente, Gabriel (Colo), nos deleita con su inmensa sabiduría y creatividad...

¡No se olviden de la iguana!

Aunque ustedes no lo crean, la creación del punk rock le debe mucho a la Antropología. Esto sería un anexo a la sección “¿Cuál es tu antropólogo desertor favorito?”, con el solemne motivo de hacerle justicia a un gran hombre: estamos hablando de James Newell Osterberg. ¿No les suena? Mejor digámosle por su apodo: Iggy Pop.

Nacido el 21 de abril de 1947 en Michigan, realizó sus primeras incursiones en la música mientras cursaba en la secundaria. Hacia 1965 se incorporaría a la Universidad de Michigan para estudiar Antropología. Pero algo hizo click en la cabeza de Iggy. Estaba aburrido de que le hablen de totemismo. Cansado de leer a Boas. Harto de preguntarse “¿Para que mierda sirve esto?”. Enojado por las interminables colas para conseguir apuntes en el Centro de Estudiantes. Fue entonces que decidió tirar la casa por la ventana y canalizar su ira hacia fines más productivos que la antropología misma. Según el mito, para nada levistrossiano, un día volvía de la facultad cuando de repente frenó, se miró a si mismo, revoleó su ñoño maletín y tiró su saco intelectual (con pitucones en los codos) a la basura. Se dice que jamás volvió a ser el mismo.

Luego de abandonar sus estudios, formó una banda, a la que bautizó como “The Pangolins”. Pero a los demás miembros del grupo no les cabía mucho las explicaciones de Iggy sobre los lele y el culto al pangolín dedicado a aquellos hombres que regresan al propio poblado que su clan fundó. Así que decidieron cambiarse el nombre a “The Stooges” y ahí se daba inicio al mito. Sin oposiciones binarias.